Haz tu tirada I Ching online deslizando las seis monedas hacia un lado u otro de manera aleatoria, mientras te concentras en tu consulta al I Ching. ¡Es importante que lo hagas en orden!
Ejemplos de Tiradas I Ching
Consulta I Ching sobre decisiones de pareja
¿Es el momento de poner fin a mi relación?
Consulta I Ching sobre decisiones laborales
¿Es el mejor momento para establecerme como freelance?
El oráculo chino del I Ching
Fruto de la filosofía china, el I Ching, también conocido como Yi King, es un antiguo oráculo chino basado en la interpretación de las figuras que se obtienen al tirar seis veces tres monedas.
En tiradaiching.com te ayudamos a descubrir este arte adivinatorio y te damos las claves para ponerlo en práctica, ayudándote a interpretar los hexagramas.

東岐明, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons
Plantea bien la consulta I Ching
Plantear bien la pregunta adecuada es el primer paso que tienes que dar y este es un asunto que te concierne exclusivamente a ti.
Debes formular la pregunta de una manera clara y concisa y en primera persona.
Las consultas se deben formular con un verbo de acción en el que la persona consultante sea el sujeto.
Por ejemplo, ¿debo acudir a la cita?, ¿debo cambiar de trabajo? Procura evitar personas y acontecimientos que son ajenas a la decisión que has de tomar.
Una vez que hayas reflexionado bien sobre el modo de plantear la pregunta puedes anotarla en un papel y seguidamente hacer la tirada I Ching.
Anota el resultado que hayas obtenido, aunque solo sea el número de los hexagramas respuesta y futuro, junto con la fecha de la consulta para que puedas volver a consultar los resultados ya que a veces las respuestas son muy específicas y no se comprenden en el momento.
Cara y cruz, Yin y Yang
Las indicaciones del I Ching se obtienen después de tirar seis veces tres monedas juntas. Los resultados conseguidos, según salga cara o cruz, se convierten en líneas que forman unas figuras denominadas hexagramas.
En total hay 64 combinaciones posibles y por lo tanto 64 hexagramas diferentes. Cada un de ellos representa una situación tipo, una organización particular del Yin y el Yang y su posible desarrollo.

La primera figura que se obtiene se denomina «hexagrama respuesta» y es una especie de radiografía de la persona que consulta de cara al problema. Permite tomar una actitud objetiva ante la situación planteada en la consulta, algo que suele resultar difícil cuando no sabemos qué camino tomar
La segunda figura, obtenida a través de la primera, se denomina «hexagrama futuro» e indica la posible estrategia a seguir para la resolución del conflicto.
Cada hexagrama, además, posee un nombre propio que desvela en parte la respuesta.
Por ejemplo, cuando alguien pregunta si debe aceptar una oferta de trabajo y se obtiene la figura número 34, llamado «El obstáculo», se puede deducir que la respuesta no es favorable.
Cada hexagrama se compone de trigramas, que son grupos de tres líneas que poseen un significado propio.
Antecedentes del I Ching, el libro de las cambios
El I Ching, «Libro de los cambios» o de las mutaciones, es un recopilatorio del arte adivinatorio chino del mismo nombre. Nació como resultado de cientos de miles de experiencias adivinatorias chinas practicadas desde la Edad del Bronce.
Los adivinos chinos, que en aquel entonces, utilizaban para la adivinación diferentes huesos de animales fueron deduciendo poco a poco los trigramas para interpretar los resultados.

Song era print artist, Public domain, via Wikimedia Commons
A través de los siglos se redactaron varios textos (como el de la imagen superior), pero hasta alrededor del año 1000 antes de nuestra era no comenzaron a ser recopilados, desde entonces el I Ching forma parte de la historia de China.
Como curiosidad añadida debes saber que el filósofo, matemático y teólogo Leibniz (inventor del código binario que hace funcionar a los ordenadores) se interesó por la interpretación de I Ching. Incluso el médico psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung encontró en el estudio del I Ching un modelo de arquetipos que, según su teoría, organizan nuestro subsconsciente.